Trabajar sin frigorífico y floristería a domicilio: así funciona el negocio de las flores en el extranjero

16 February

Los propi­etar­ios de nego­cios de flo­res de todo el mun­do pare­cen ten­er los mis­mos dolores de cabeza, más o menos: con­seguir sum­in­istros, con­tratar a un florista com­pe­tente, atraer al may­or número posi­ble de clientes y aumen­tar los ingre­sos. Pero cada país tiene sus especi­fi­ci­dades, y los prob­le­mas se resuel­ven de dis­tin­tas man­eras. Por ejem­p­lo, en Uzbek­istán el pre­cio de com­pra de una flor puede cam­biar varias veces a la sem­ana; hay que adap­tarse de algu­na man­era para no ten­er que recal­cu­lar el pre­cio de un ramo cada día.

Hemos habla­do con clientes de Posi­flo­ra en siete país­es para averiguar cómo cre­an sus pro­ce­sos empre­sar­i­ales y qué les ayu­da a hac­er­lo.

Hungría: comprar flores importadas y trabajar sin frigoríficos

Mar­i­anne Janoczko, propi­etaria de la floris­tería Dolce Vita (Budapest)

Hay pocos jar­dineros locales. En Hun­gría se cul­ti­van sobre todo rosas y peonías, a veces crisan­te­mos; otras flo­res son impor­tadas. Los com­er­ciantes de Budapest sue­len com­prar sus flo­res en los mer­ca­dos may­oris­tas de la ciu­dad, que se abaste­cen de Holan­da y Ecuador. Hay dos, y no todo el mun­do puede acced­er al por may­or: debe ten­er un doc­u­men­to que acred­ite que es florista o propi­etario de un nego­cio de flo­res.

La may­oría de las floris­terías de Budapest fun­cio­nan sin frig­orí­fi­co. Los empre­sar­ios com­pran flo­res dos o tres veces por sem­ana en pequeños lotes; los may­oris­tas están cer­ca, así que pueden com­prar más en cualquier momen­to. Como las flo­res son siem­pre fres­cas y se venden inmedi­ata­mente, no es rentable ten­er una nev­era.

Pocos provee­dores entre­gan flo­res en la tien­da. Y casi ninguno a diario. Hay dos o tres provee­dores en Budapest que pueden entre­gar flo­res gratis, cualquier día de la sem­ana. Es a ellos a quienes puede com­prar flo­res para las fies­tas: es prob­a­ble que las demás empre­sas no tra­ba­jen. Por eso, las floris­terías rara vez tra­ba­jan con los provee­dores para hac­er pedi­dos, sólo si algo les fal­ta. Nor­mal­mente, los minoris­tas com­pran en los pro­pios mer­ca­dos may­oris­tas.

En Hun­gría no les gus­ta regalar flo­res. No les pasa como en otros pais­es: un hom­bre va a una cita y regala un ramo de flo­res. Los com­pran más a menudo las mujeres que los hom­bres, y en la may­oría de los casos para ellas mis­mas en un jar­rón, no para una fecha espe­cial.

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Mar­i­anne Janoczko

Alemania: las bases mayoristas abren a partir de las 3 de la madrugada y los mensajeros descansan los domingos

Cuen­ta Kate­ri­na Zakharo­va — propi­etaria del estu­dio flo­ral Zak Flow­ers (Berlín)

Se han desar­rol­la­do sum­in­istros de jar­dineros ale­manes y holan­deses. Los empre­sar­ios tienen acce­so a una base común de agricul­tores locales y holan­deses, por lo que es bas­tante fácil estable­cer entre­gas direc­tas de ellos. Se pueden encar­gar pequeños lotes varias veces a la sem­ana: por la noche, a las 20:30, recibi­mos el men­saje de car­gar, y al día sigu­iente, a las 8:00, las flo­res ya están en la tien­da.

Las bases flo­rales tra­ba­jan de 3 a 9 de la mañana. Durante el día ya no es posi­ble com­prar flo­res allí. En Ale­ma­nia el tra­ba­jo empieza bas­tante tem­pra­no: a las 4 de la mañana los lugareños van a la base, y a las 7 ya han arreglado las flo­res com­pradas y abier­to. Tam­bién cier­ran pron­to, inclu­so las far­ma­cias rara vez tra­ba­jan has­ta las 9 de la noche.

En Ale­ma­nia, la entre­ga un domin­go no tiene sen­ti­do. Los ser­vi­cios de men­sajería son bas­tante caros y no tra­ba­jan los domin­gos: es más rentable ten­er men­sajeros pro­pios. Cuan­do los clientes se enter­an de que una tien­da reparte flo­res 24 horas al día, 7 días a la sem­ana, se escan­dal­izan: “¿Inclu­so los domin­gos? ¿Inclu­so a las 8 de la tarde?” 

El nego­cio no está ori­en­ta­do a la floris­tería de rega­lo, sino a las flo­res para el hog­ar. Los ale­manes son escrupu­losos con las flo­res que hay en sus casas y pueden com­prar ramos para sí mis­mos cal­ma. Por eso, las tien­das de gama alta inten­tan ofre­cer algo intere­sante, no lo mis­mo que los demás: Mimosa en tem­po­ra­da baja, por ejem­p­lo.

El sur­tido en la may­oría de las tien­das es el habit­u­al de flo­res eco­nom­i­cas. A pesar de la disponi­bil­i­dad de Holan­da, la may­oría de las tien­das no venden nada fuera de lo común. El crisan­te­mo Bigu­di o el dianthus púr­pu­ra son difí­ciles de encon­trar.

En Ale­ma­nia, casi toda la indus­tria flo­ral está ocu­pa­da por viet­na­mi­tas. Alrede­dor del 70% son puestos no muy bien mon­ta­dos y pre­senta­bles en el metro o cer­ca de él. Así que en la may­oría de los casos la con­tabil­i­dad es prob­a­ble­mente caóti­ca: nun­ca he vis­to una caja reg­istrado­ra ni ningún tipo de pro­gra­ma infor­máti­co en esos lugares. El pre­cio suele escribirse en un papel y pegarse en el cubo.

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Kate­ri­na Zakharo­va

Uzbekistán: trabajar principalmente con proveedores locales, donde el precio de una flor puede cambiar cada día

Cuen­ta Nick Zakharov — propi­etario del estu­dio flo­ral Gar­den House (Tashkent)

Las flo­res impor­tadas requieren despa­cho de adu­a­nas. Esto aumen­ta el pre­cio: sin despa­cho de adu­a­nas una rosa costaría un dólar, pero con despa­cho de adu­a­nas sale a 2,5 dólares. Por eso, los empre­sar­ios de Uzbek­istán rara vez uti­lizan pro­duc­tos de Holan­da, Kenia o Israel.

Los floris­tas com­pran sobre todo flo­res locales. A menudo su cal­i­dad es mucho mejor que la de los impor­ta­dos: los jar­dineros uzbekos son bas­tante com­pe­tentes en tec­nología de cul­ti­vo y fer­til­ización. Por ejem­p­lo, para el 8 de mar­zo cul­ti­van var­iedades holan­desas y france­sas de tuli­panes, que tienen mucho mejor aspec­to que las impor­tadas. 

El sis­tema de dis­tribu­ción no está desar­rol­la­do. Sólo hay un gran dis­tribuidor en Tashkent: los inver­naderos no venden direc­ta­mente a las tien­das, sino que todo se lo lle­van a él. Lo clasi­fi­ca, le pone pre­cio y lo vende a los minoris­tas. Lo mis­mo ocurre con las mer­cancías proce­dentes del extran­jero. No exis­ten grandes bases may­oris­tas donde com­prar flo­res en cualquier momen­to.

El pre­cio de una flor de un provee­dor local cam­bia cada día. La may­or parte del tiem­po hace calor en Uzbek­istán. Cuan­do la tem­per­atu­ra es demasi­a­do alta, los inver­naderos tienen que gas­tar recur­sos extra para enfri­ar las plan­tas. Y si hace frío, por el con­trario, hay que calen­tar la habitación y calen­tar la flor. Por eso salta el pre­cio. Por ejem­p­lo, los crisan­te­mos o las alstroe­me­rias de los inver­naderos más grandes sue­len costar 30 cén­ti­mos. Y cuan­do hace mucho calor o frío, el pre­cio puede subir has­ta 70 cén­ti­mos, más del doble.

Este sis­tema de pre­cios no es muy cómo­do: hay que recal­cu­lar con­stan­te­mente el coste del ramo. Para evi­tar­lo, solíamos tomar el coste medio de una flor. Pero hace un año se resolvió este prob­le­ma. Hemos conec­ta­do Posi­flo­ra, que per­mite cal­cu­lar ráp­i­da­mente todo de for­ma automáti­ca. Recibes las flo­res por la mañana, intro­duces los pre­cios y el coste del ramo en el escaparate cam­bia inmedi­ata­mente.

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Nick Zakharov
Posi­flo­ra puede cal­cu­lar ráp­i­da­mente el coste de un ramo; ust­ed no tiene que cal­cu­lar nada men­tal­mente. ¿Qué otros prob­le­mas pueden resol­verse con Posi­flo­ra en Uzbek­istán? — en el estu­dio de caso de Gar­den House: “Duplicó la base de clientes y acel­eró los pro­ce­sos”.

Israel: una gran selección de flores locales y ningún sistema de contabilidad

Un rico sur­tido de flo­res locales. Los may­oris­tas pueden com­prar pro­duc­tos de Holan­da, pero la may­oría de los empre­sar­ios tra­ba­jan con flo­res locales. Hay muchos jar­dineros que cul­ti­van rosas, peonías, lisianthus, ané­monas y muchas otras flo­res her­mosas.

Esta­cional­i­dad especí­fi­ca. La tem­po­ra­da comien­za en otoño con los tuli­panes y los lirios y todas las flo­res de pri­mav­era. La tem­per­atu­ra en esta época ron­da los 30 gra­dos y los 20–23 gra­dos en invier­no. Hacia mayo, la tem­po­ra­da entra en declive, y en ver­a­no las flo­res prác­ti­ca­mente desa­pare­cen: hace mucho calor en el exte­ri­or, las plan­tas se que­man. Sólo quedan algu­nas, como las eustomas o los clave­les. Es entonces cuan­do las tien­das se vuel­ven hacia Holan­da y África.

Mi sen­sación es que el nego­cio de las flo­res aquí sigue estanca­do. Por eso no exis­ten sis­temas de con­tabil­i­dad. Las floris­terías ni siquiera se conectan siem­pre a Inter­net. Rara vez se anun­cian en los gru­pos de Face­book de la ciu­dad. Pero, al mis­mo tiem­po, existe la opor­tu­nidad de com­pe­tir y hac­er cre­cer el nego­cio.

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Natal­ie Shor

Georgia: Floristería para bodas y proveedores secretos

Cuen­ta Ele­na Yovenko — propi­etaria del estu­dio Cos­mic Flow­ers (Tiflis)

Hay una pequeña selec­ción de flo­res. Las flo­res locales de tem­po­ra­da son prin­ci­pal­mente dalias, rosas y peonías. En cam­bio, las rosas con for­ma de peonía son difí­ciles de encon­trar, ya que en su may­oría se impor­tan del extran­jero, e inclu­so eso es muy raro. 

La may­oría de las tien­das venden eustomas, rosas, mati­o­las y tuli­panes. Tam­bién hay muchos eucalip­tos locales en Tiflis.

Es difí­cil encon­trar un provee­dor. Los sum­in­istros de flo­res del extran­jero son muy reduci­dos. Lo más fre­cuente es que la mer­cancía ven­ga de Arme­nia, dos o tres veces por sem­ana. Hay una ten­den­cia inex­plic­a­ble: las empre­sas que inten­tan traer flo­res del extran­jero siguen cer­ran­do. Aunque hay deman­da del pro­duc­to. 

En Tiflis hay varias empre­sas may­oris­tas, pero hay que esforzarse para des­cubrir­las: por algu­na razón, aquí todo el mun­do mantiene en secre­to a sus provee­dores.

Antes de la pan­demia de cóvid, el nego­cio de las bodas esta­ba muy desar­rol­la­do en Geor­gia. Las bodas venían con­stan­te­mente a cel­e­brarse aquí. Aho­ra, debido a las restric­ciones, esta esfera es impre­deci­ble. Por eso algunos empre­sar­ios, entre los que me incluyo, decidi­mos desar­rol­lar el nego­cio de las flo­res y hac­er más ramos.

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Ele­na Yovenko

Ucrania: muchos proveedores y un impuesto sobre las rosas importadas

Cuen­tan Ali­na Kor­ma­chenko — propi­etaria de una floris­tería ARTICHOKE (Vysh­gorod) y María López — propi­etaria de un estu­dio de dis­eño flo­ral “Vals de las flo­res” (Lviv)

Una amplia selec­ción de provee­dores. En Vysh­gorod, las tien­das del seg­men­to pre­mi­um sue­len encar­gar pro­duc­tos a Ecuador. Por regla gen­er­al, se tra­ta de floris­terías bou­tique, cuyo con­cep­to está ori­en­ta­do a arreg­los de autor con esti­lo y no impli­ca grandes ramos de 100 rosas. Pero tam­bién hay muchos empre­sar­ios que pre­fieren tra­ba­jar con un pro­duc­tor local: en los alrede­dores se pueden encon­trar inver­naderos con pro­duc­tos de bas­tante cal­i­dad y un sur­tido intere­sante.

Por ejem­p­lo, cer­ca de Kiev hay una bue­na gran­ja con hort­en­sias, ranún­cu­los, peonías y otros pro­duc­tos. He encon­tra­do hort­en­sias en flo­reros durante dos o tres sem­anas, lo que es un récord para una flor de este tipo.

Si un cliente de Vysh­gorod quiere un ramo bara­to de 100 rosas, lo más prob­a­ble es que acu­da a una tien­da económi­ca que ven­da flo­res locales. Sus cogol­los son un poco más pequeños, pero si al cliente no le impor­ta, la com­pra le sal­drá rentable: un ramo así le costará casi la mitad que uno ecu­a­to­ri­ano.

Para estos com­er­cios es muy impor­tante un gran flu­jo de clientes. Para tra­ba­jar con explota­ciones locales, hay que encar­gar flo­res en grandes lotes.

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Ali­na Kor­ma­chenko

Tam­bién hay jar­dineros locales en Lviv, pero la cal­i­dad y la per­sis­ten­cia de la flor son infe­ri­ores a las impor­tadas. Por ello, las tien­das del seg­men­to económi­co sue­len tra­ba­jar tam­bién con explota­ciones locales. Las mar­cas “medi­um plus” y “pre­mi­um” pre­fieren hac­er sus pedi­dos al extran­jero: sólo coop­er­an con los pro­duc­tores ucra­ni­anos durante la tem­po­ra­da, cuan­do hay mucho donde ele­gir.

Nos gus­ta usar Ecuador y Holan­da, tienen mejor flor. Ape­nas hay pro­duc­tos locales en la tien­da. La cal­i­dad es impor­tante para nosotros, porque de ella depen­den las tasas de devolu­ción de los clientes. Por eso, cuan­do apare­ció Posi­flo­ra, empezamos a uti­lizar el sis­tema de bonifi­cación de inmedi­a­to.

Puedo decir que ani­ma mucho a los clientes a volver a su tien­da. Esta mañana ha venido una chi­ca dicien­do: “Sé que ten­go pun­tos de bonifi­cación”. Y cuan­do cubrieron parte del coste del ramo, ella esta­ba encan­ta­da.

Ulyana Het­manchuk-Kit
El pro­gra­ma cal­cu­lará ráp­i­da­mente cuán­to puede pagar el cliente con bonifi­ca­ciones

Las condi­ciones de entre­ga des­de el extran­jero han cam­bi­a­do. En abril de 2021, Ucra­nia intro­du­jo un impuesto sobre las importa­ciones de rosas proce­dentes de Kenia, Colom­bia y Ecuador. Esto se hizo para apo­yar a los pro­duc­tores locales.

Antes, las flo­res de África podían encar­garse direc­ta­mente. Aho­ra los pre­cios han subido mucho y sólo es posi­ble trans­portar grandes lotes: los pequeños son poco renta­bles y prob­lemáti­cos, y nadie quiere entre­gar­los.

Bielorrusia: todas las flores proceden de Holanda y Ecuador

Cuen­ta Olga Zaru­ba — propi­etario del espa­cio flo­ral “Tu Ramo” (Kobrin)

Trae­mos todo del extran­jero. Jar­dineros locales, agricul­tores… eso no existe. La may­oría de los pro­duc­tos proce­den de Ecuador y Holan­da. Se traen pocos exóti­cos y, si apare­cen, sue­len costar más que en Rusia.

Algunos lle­van reg­istros en SAP, otros no hacen nada en abso­lu­to, porque no hay tiem­po para ello: vendes y vendes. Cuan­do nos cansamos de escribir­lo todo en papel y de uti­lizar tar­je­tas de bonifi­cación, que los clientes olvid­a­ban con­tin­u­a­mente, decidi­mos conec­tar Posi­flo­ra. Aho­ra sabe­mos cuán­tas flo­res se tiran, en cifras, y podemos plan­i­ficar nues­tras com­pras navideñas con may­or pre­cisión.

Olga Zaru­ba

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