El ramo de boda: un algoritmo para comunicarse con la novia

9 December
Портрет эксперта
Irina Bunkova

Propietaria de la floristería LAVANDAdm

Портрет эксперта
Lyudmila Suchkova

Propietaria y jefe-florista de la floristería LAVANDAdm

Iri­na Bunko­va — propi­etaria de una pequeña floris­tería LAVAN­DAdm. Una de sus áreas de tra­ba­jo son los ramos de novia. 

Suele tar­dar horas en comu­ni­carse con la novia. El florista deberá cono­cer todos los mat­ices de la cer­e­mo­nia para que el ramo com­bine bien con el vesti­do de la novia y el esti­lo de la boda y se man­ten­ga fres­co durante todo el día. Al mis­mo tiem­po, es nece­sario ten­er en cuen­ta los deseos de la novia y dis­uadir de las vari­antes infruc­tu­osas. 

Para sim­pli­ficar este pro­ce­so, Iri­na y sus cole­gas han desar­rol­la­do su pro­pio algo­rit­mo de comu­ni­cación con el cliente. Ayu­dará a ten­er en cuen­ta al máx­i­mo los mat­ices del ramo de novia y a ganar en ser­vi­cios rela­ciona­dos. A con­tin­uación, unas pal­abras de Iri­na.

Cómo contactar con una novia

Nue­stros clientes sue­len lle­gar a nosotros des­de los men­sajes, las redes sociales o fuera de línea, direc­ta­mente a la tien­da. Los esce­nar­ios para dis­cu­tir el ramo son difer­entes aquí: a veces toda la comu­ni­cación puede ten­er lugar por tex­to, en cuyo caso es mejor que la novia envíe una lista de pre­gun­tas direc­ta­mente. Si la novia quiere venir a dis­cu­tir­lo en per­sona, hay que acor­dar una hora para una reunión. Es mejor reser­var una hora y media y pasar direc­ta­mente por la lista.

Hay veces que la novia tiene prisa y no quiere respon­der a las pre­gun­tas. Dice cosas como: “Chicos, no ten­go tiem­po. Mués­trame las opciones, ele­giré ráp­i­da­mente y me iré”, “Haz­lo como en esta foto. Ten­go un vesti­do pare­ci­do, creo que me que­da bien” o “¿Por qué ten­emos que hablar del tra­je del novio? No es el del ramo”.

Para que el florista establez­ca una comu­ni­cación con la novia, es impor­tante no lim­i­tarse a adver­tir breve­mente de las impli­ca­ciones, sino dar tan­tos ejem­p­los como sea posi­ble y con­vencer a la novia de que no se puede avan­zar sin dis­cu­tir. Tienes que demostrar que no te lim­i­tas a recoger un ramo de flo­res, sino que quieres ayu­dar a crear un aspec­to acaba­do. No eres sólo unas manos que ponen las flo­res, sino una com­pañera y ayu­dante de la novia. Cuál podría ser el argu­men­to:

“Hay com­bi­na­ciones de ramo y vesti­do que hacen que la ima­gen parez­ca desar­móni­ca. Y resul­ta que mucho tiem­po para ele­gir un vesti­do, dec­o­rar la habitación, y todo esto es anu­la­do por un ramo desafor­tu­na­do. Y si dis­cu­ti­mos los detalles, podemos hac­er un ramo de este tipo, que enfa­ti­zará tu ima­gen, alargará la silue­ta, la hará más agra­ci­a­da”.

“El ramo que quieres está hecho de lirios. Y despren­den polen y pueden man­char tu vesti­do. Tam­bién pueden ser alér­gi­cos a ellos y, si andan todo el día con ellos, pueden ten­er dolor de cabeza. Por eso, lo mejor es ele­gir una alter­na­ti­va que se adapte al esti­lo de la boda y al vesti­do.

“Podemos con­fec­cionar cualquier ramo, pero es mejor dis­cu­tir los mat­ices. Para nosotros es muy impor­tante que el ramo se adapte al vesti­do de novia, ten­ga un aspec­to armo­nioso y su ele­gan­cia com­ple­mente la ima­gen en las fotografías.

No es rentable para ti tam­bién recoger un ramo sin comu­ni­cación con la novia. Si no que­da sat­is­fecha con el ramo, la cul­pa será del florista y la tien­da recibirá una val­o­ración neg­a­ti­va.

Qué preguntar a una novia

Para antic­i­parse a todos los mat­ices, ele­gir las flo­res ade­cuadas y ganar dinero con el pedi­do, el florista debe saber:

  • cuán­do, dónde y con qué esti­lo se cel­e­brará la boda;
  • el tiem­po que la novia estará cam­i­nan­do con el ramo;
  • si los recién casa­dos o sus padres son alér­gi­cos a las flo­res;
  • qué tipo de vesti­do lle­vará la novia y qué tipo de tra­je lle­vará el novio;
  • la altura y la figu­ra de la novia;
  • si se nece­si­ta un ramo de novia, un bou­ton­niere y otros acce­so­rios flo­rales;
  • si hay que dec­o­rar el arco de la boda, la zona de fotos, el salón del ban­quete y la suite nup­cial.

La época del año. De ello depende que las flo­res que nece­si­tas estén disponibles. Por ejem­p­lo, las peonías, los delfin­ios, los astilbes y las flo­res sil­vestres son fáciles de encar­gar en ver­a­no. En invier­no será más difí­cil encon­trar­las, pero el ramo será más caro. Una peonía en invier­no cues­ta unos $9 por un tal­lo y en mayo-agos­to $4, el capul­lo es más grande y con­ser­vará su fres­cu­ra durante más tiem­po.

En pri­mav­era, las flo­res de tem­po­ra­da son los tuli­panes, las lilas, el lirio de los valles, los jac­in­tos, los almiz­cles y los lirios; a finales de otoño y en invier­no, los ranún­cu­los, las ané­monas, las calas y las gip­só­fi­las, así como las flo­res secas, los álam­os, las tuyas y las ramas de abeto. 

Si la novia quiere flo­res fuera de tem­po­ra­da, adviértele del coste y las restric­ciones.

El esti­lo de la boda. Si el florista entiende el esti­lo de la cer­e­mo­nia, podrá com­ple­men­tar el ramo con detalles intere­santes. Por ejem­p­lo, cajas y ore­jas de loto para una boda de esti­lo ecológi­co o con­chas mari­nas para una boda de esti­lo náu­ti­co. Si se tra­ta de una boda inspi­ra­da en la nat­u­raleza o en la veg­etación, lo mejor es añadir la may­or can­ti­dad de veg­etación fres­ca posi­ble.

Aler­gias. Averigua si la novia, el novio o sus padres son alér­gi­cos a algu­na flor en par­tic­u­lar. Lo mejor es hac­er­lo al prin­ci­pio de la con­ver­sación, para poder descar­tar las plan­tas que no se pueden uti­lizar en un ramo. 

Entre las flo­res alergéni­cas se encuen­tran, por ejem­p­lo, el crisan­te­mo, la matri­caria, el jac­in­to y la mimosa; con ellas es mejor ten­er cuida­do.

Algu­nas flo­res tam­bién tienen un olor pen­e­trante: por ejem­p­lo, el lirio, la fre­sia, la matthi­o­la. Hay que usar­los con cuida­do: la novia estará cam­i­nan­do con un ramo todo el día y puede ten­er dolor de cabeza.

Lugar de cel­e­bración, guión de la boda. Para ele­gir y preparar las flo­res ade­cuadas, el florista debe saber cuán­to tiem­po andará la novia con ellas y en qué condi­ciones man­ten­er­las durante el día. Por ejem­p­lo, si la novia tiene pre­vis­to pasear con el ramo todo el día, las flo­res sil­vestres no son ade­cuadas, ya que se mar­chi­tan ráp­i­da­mente. Un florista debería adver­tir­le de ello y sug­erir­le especies más resistentes. 

Tam­bién ayu­da a dar a la novia los mejores con­se­jos sobre cómo mane­jar el ramo, para que se man­ten­ga fres­co durante más tiem­po. 

La ima­gen de la novia. Pres­ta aten­ción a la tonal­i­dad, el esti­lo y el mate­r­i­al del vesti­do, así como a la altura y la figu­ra de la novia.

Por ejem­p­lo, la novia tiene un vesti­do blan­co clási­co y quiere un del­i­ca­do ramo cre­moso de rosas claras. El florista tiene que eval­u­ar si las flo­res se com­bi­na­rán con el vesti­do o si se verán embar­radas con­tra él. Para ello, pide una foto del vesti­do y, si es posi­ble, del mate­r­i­al: algu­nas novias se hacen vesti­dos por encar­go y puede que les sobren retales.

La for­ma del ramo y la elec­ción de las flo­res depende del esti­lo del vesti­do. Por ejem­p­lo, un mono-ramo en cas­ca­da o un ramo con flo­res sim­i­lares, como las calas, fun­cionará para un vesti­do de esti­lo sire­na. Un ramo redon­do irá bien con un vesti­do de silue­ta A y un ramo de varas con tal­los lar­gos irá bien con un vesti­do com­ple­to.

A la hora de ele­gir la for­ma y el tamaño del ramo, ten en cuen­ta la altura y la figu­ra de la novia. Si te cor­re­spon­den, píde­les que te envíen una foto y que te digan su altura. Una novia de baja estatu­ra se verá despro­por­ciona­da con un enorme ramo en cas­ca­da y le será difí­cil cam­i­nar con él todo el día. 

Una novia com­ple­ta puede pedir un ramo pequeño, pero se perderá y pare­cerá demasi­a­do sim­ple y modesto. La tarea del florista es sug­erir una opción más ade­cua­da a tiem­po.

El tra­je del novio. En la boda el novio y la novia — estilís­ti­ca­mente una unidad. Deben quedar en armonía en el encuadre. Si no lo tienes en cuen­ta, después de la cer­e­mo­nia puedes hac­erte una foto en la que el ramo se fun­da con la cor­ba­ta del novio. Y el florista que no lo haya adver­tido será cul­pa­ble.

Todavía un ramo establece un tono a un bou­ton­niere: si para hac­er un ramo y un bou­ton­niere sin ten­er en cuen­ta un tra­je del novio sim­ple­mente no irán jun­tos con él.

Ref­er­en­cias. Algu­nas novias, antes de ir al florista, miran fotos de ramos y catál­o­gos y ya saben más o menos lo que quieren. Pre­gun­ta si la novia tiene algu­na pref­er­en­cia. Pida fotos de los ramos que le gus­tan, si están disponibles. 

Esto tam­bién fun­ciona a la inver­sa. Para ase­gu­rarte de que acier­tas con tu cliente, envíale ejem­p­los de ramos de flo­res pre­gun­tán­dole: “¿Cómo se acer­ca esta opción a lo que quieres? ¿O no es esto lo que quiere en abso­lu­to? ¿Qué tal este?”

Qué otras pre­gun­tas hac­er para ele­var la com­pro­bación del pedi­do

Un bou­ton­niere y otros acce­so­rios flo­rales. Cuan­do se habla del atuen­do de los novios, el florista suele especi­ficar si es nece­sario un bou­ton­niere. Pero no te deten­gas ahí. Ofréz­case a dec­o­rar con flo­res los tirantes de los vesti­dos, el pelo, las sola­pas de las cha­que­tas o los cojines para los anil­los. De este modo, no sólo ganarás dinero con el ramo de novia, sino tam­bién con los acce­so­rios adi­cionales.

Dec­o­ración. Asegúrate de pre­gun­tar si es nece­sario dec­o­rar el salón del ban­quete, el arco y la habitación para los recién casa­dos. Esta es otra for­ma de ganar dinero. Tal vez la novia busque un dec­o­rador, pero no se da cuen­ta de que sus ser­vi­cios pueden ser presta­dos por ust­ed.

El florista tam­bién puede pre­gun­tarte si quieres flo­res fres­cas en las mesas, veg­etación en las pare­des o, por ejem­p­lo, péta­los de rosa en la suite nup­cial.

Ramo dupli­ca­do. Se tra­ta de una mini­copia del ramo prin­ci­pal, del mis­mo esti­lo. Si la novia tenía freesias o algu­nas flo­res raras en el ramo prin­ci­pal, el ramo dupli­ca­do suele con­tener var­iedades sen­cil­las y robus­tas que man­ten­drán el col­or y el ambi­ente del ramo, como las rosas.

Ejem­p­lo de ramo prin­ci­pal y ramo suplente

Se dice que el ramo dupli­ca­do está des­ti­na­do a las damas de hon­or y tiene sen­ti­do pedir­lo si el ramo prin­ci­pal es grande y difí­cil de lan­zar. Pero en la boda con el ramo prin­ci­pal puede pasar cualquier cosa: que se siente sobre él, que lo pisen, que lo aplas­ten, que se le caiga a la novia. Entonces el doble ramo viene al rescate.

Díse­lo a la novia: muchas per­sonas piden un doble como ramo de reser­va. Suele costar aprox­i­mada­mente la mitad del pre­cio del ramo prin­ci­pal.

Un ramo de flo­res de los padres. El bar­rio donde se encuen­tra nues­tra tien­da es pequeño y todo el mun­do se conoce. Y más de una vez ha ocur­ri­do que una novia ya ha habla­do de todo y entonces un florista se encuen­tra por casu­al­i­dad con sus padres y le pre­gun­tan: “¿Nos has encar­ga­do un ramo? ¿Cómo no? Tú tam­bién nece­si­tas una de nosotros”.

Este es un matiz que la novia ha olvi­da­do o quizás no ha pen­sa­do en abso­lu­to. Nues­tra tarea, de nue­vo, es aclarar y ofre­cer posi­bles opciones.

Ramo de prue­ba. Otro ser­vi­cio que ayu­da a aumen­tar el cheque de la orden de boda. No lo deman­dan todos los clientes, sino una cat­e­goría conc­re­ta. Se tra­ta de novias exi­gentes y aco­modadas que quieren que todo en su boda sea per­fec­to, sin sor­pre­sas desagrad­ables. Es impor­tante que vean cómo com­bi­nan real­mente los col­ores, cómo que­da el ramo con el vesti­do y lo cómo­do que es cam­i­nar con él.

Para ello, el florista elige una var­iedad más fácil y con­fec­ciona un ramo “de demostración”. Su coste suele ser el 30% del ramo prin­ci­pal. Por ejem­p­lo, si el ramo prin­ci­pal cues­ta $74, el pre­cio de un ramo de prue­ba es de $24.

Dónde registramos las respuestas

Recomen­damos el uso de un resumen de la boda y, si está disponible, un sis­tema de con­tabil­i­dad. 

Resumen de la boda. Todas las pre­gun­tas para la novia puedes añadirlas al resumen de la boda: en una colum­na las pre­gun­tas, en otra las respues­tas de la novia. Si te comu­ni­cas con una novia en una tien­da o por telé­fono — el brief­ing lo rel­lena la floris­tería, y si es por cor­re­spon­den­cia — hay dos opciones. Puedes enviar el resumen a la novia y pedirle que lo rel­lene. O hac­er pre­gun­tas de for­ma con­stante en la cor­re­spon­den­cia. Pregún­tale a la novia cómo se siente más cómo­da.

La mejor opción es ofre­cerse a char­lar en per­sona o por telé­fono. Esto le dará más opor­tu­nidades de hac­er pre­gun­tas de seguimien­to y aclarar detalles. Si no es con­ve­niente que la novia ven­ga a la tien­da, puedes hac­er una vide­ol­la­ma­da, por ejem­p­lo en Zoom o Skype.

El resumen de la boda puede guardarse en Word­pad o en cualquier otro edi­tor de tex­to. Descar­gue el mod­e­lo de resumen de la boda en el sigu­iente for­mu­la­rio

Posi­flo­ra. El resumen es útil porque es un for­mu­la­rio con pre­gun­tas que te ayu­da a no perder nada. Pero para garan­ti­zar que la infor­ma­ción esté siem­pre a mano y que cualquier emplea­do pue­da encon­trar­la inmedi­ata­mente, tam­bién dupli­camos los datos en el sis­tema con­table. 

En Posi­flo­ra, tienes que crear un pedi­do e intro­ducir todos los datos en el for­mu­la­rio con comen­tar­ios.

Cómo justificar el precio de un ramo

Nor­mal­mente, los ramos de novia cues­tan entre $32 – $49 y más, no hay un límite. Por ejem­p­lo, un ramo sen­cil­lo de gyp­sophi­la costará $32, un ramo con más tal­los $65 – $98, ramos de autor con flo­res raras $148 y más.

Qué hac­er si has escucha­do todos los deseos de un cliente, nom­bras un pre­cio final y escuchas: “¿Por qué es tan caro?”.

Inten­ta explicar lo que supone el coste de un ramo:

  • El tipo y la var­iedad de la flor. Las flo­res no esta­cionales, exóti­cas y raras costarán más.
  • Número de tal­los. Los ramos de novia pueden incluir 10, y 20, y 30 tal­los.
  • For­ma. Cuan­to más com­ple­ja sea la com­posi­ción, más tiem­po tar­dará el florista en recoger el ramo.
  • Tra­ba­jo de florista. Además de reunir a los floris­tas, éstos ded­i­can mucho tiem­po a comu­ni­carse con el cliente y averiguar todos los mat­ices de la boda, a encon­trar una flor fres­ca, a limpiar cada flor, a hil­va­narla y a cuidar­la. En total, la floris­tería puede tar­dar has­ta 5 – 6 horas en realizar todos los trámites.

Si la novia sigue sin estar con­tenta con el pre­cio, el florista puede ofre­cer­le alter­na­ti­vas. Por ejem­p­lo, reduz­ca el número de cin­tas y acce­so­rios o susti­tuya las flo­res que no son de tem­po­ra­da por otras de tem­po­ra­da: una peonía por una rosa y una mar­gari­ta por un arbus­to de crisan­te­mos.

Qué aconsejar a la novia para que su ramo se mantenga fresco más tiempo

Recoge el ramo por la mañana antes de la cer­e­mo­nia. La floris­tería siem­pre recoge el ramo por la noche, con antelación. Dejar el ramo para la mañana es arries­ga­do: ¿y si algo sale mal? Resul­tará que las flo­res no son sufi­cientes, se cor­tará la elec­t­ri­ci­dad o habrá un can­da­do en la puer­ta. 

Si las clien­tas se lle­van un ramo por la noche antes de la cer­e­mo­nia, les acon­se­jamos que lo pon­gan en frío. Lo elvolve­mos en una pelícu­la. 

Pero es mejor pedir a la clien­ta que se lleve un ramo por la mañana el día de la boda. Esto garan­ti­za que las flo­res se man­ten­gan en las condi­ciones ade­cuadas y que no les pase nada de la noche a la mañana.

Las flo­res deben estar bien regadas de ante­mano. Los ponemos en Chrysal durante 10 horas para que se empa­pen y pasen medio día sin agua.

En invier­no, es mejor envolver el ramo en papel kraft para trans­portar­lo. Asegúrate de que no quede humedad en los tal­los, que puede con­ver­tirse en hielo y matar las flo­res.

El novio suele recoger el ramo de camino a casa de la novia. A veces se ofrece al novio una caja de agua o un jar­rón con agua. Pero en este caso tam­bién es dis­cutible: cuan­do el novio recu­pera el ramo, puede empa­par todo su tra­je con agua.

Lo mejor es man­ten­er el ramo en posi­ción ver­ti­cal. De este modo, se garan­ti­za que el ramo no pier­da su for­ma y que las flo­res no se arruguen. Y es muy fácil que se arruguen el día de la boda: si las flo­res están mucho tiem­po sin agua, pier­den su elas­ti­ci­dad y se defor­man más fácil­mente. Por lo tan­to, pide a la novia que no coloque el ramo en las mesas, los ban­cos o el sue­lo y que lo lance con la menor fre­cuen­cia posi­ble cuan­do se hagan las fotos.

Algunos floris­tas recomien­dan que la novia lleve Chrysal y pon­ga el ramo en agua con el adere­zo lo antes posi­ble. Pero este es un con­se­jo muy con­tro­ver­tido. La novia está nerviosa, es un día emo­cio­nante para ella y tiene muchas cosas en la cabeza: es poco prob­a­ble que se acuerde de dar algún tipo de ramo. Pero aunque la novia siga este con­se­jo, el ramo estará per­ma­nen­te­mente moja­do y tam­bién el vesti­do de la novia.

Man­ten­ga las flo­res ale­jadas de la fru­ta. Las fru­tas y ver­duras emiten gas etileno, que hace que las flo­res se mar­chiten, se vuel­van amar­il­las y se despren­dan ráp­i­da­mente de sus hojas.

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