El arte de fotografiar flores: Una guía infalible para fotografiar ramos de flores con el teléfono

19 August
Портрет эксперта
Pablo Polkov

Director de retención, profesor en @academy.lacybird

Para fotografi­ar de for­ma boni­ta flo­res que la gente quiera com­prar, hay que preparar ade­cuada­mente la sesión fotográ­fi­ca: definir el obje­ti­vo, ele­gir el lugar y la hora, com­prar todo lo nece­sario. A con­tin­uación, puedes pro­ced­er a la sesión fotográ­fi­ca propi­a­mente dicha: preparar tu telé­fono, ele­gir un fon­do, con­stru­ir un mar­co armo­nioso. Esas fotos se pueden pub­licar en tu pági­na web, en Insta­gram* y en otras platafor­mas de redes sociales.

En este artícu­lo, Martín Suárez, pro­fe­sor de floris­tería, te con­tará más sobre cómo fotografi­ar flo­res para trans­mi­tir la belleza, la for­ma, la com­posi­ción, el tamaño y el esta­do de áni­mo del ramo.

Defina el objetivo de la sesión fotográfica

Para fotografi­ar flo­res de for­ma boni­ta, primero hay que enten­der el obje­ti­vo de la sesión fotográ­fi­ca. Esto deter­mi­nará cuán­to espa­cio ocu­pará el ramo en la foto, qué habrá de fon­do, si nece­si­tas varias fotos de flo­res des­de dis­tin­tos ángu­los o si bas­tará con una.

Por ejem­p­lo, quieres fotografi­ar de for­ma boni­ta un ramo de flo­res para tu tien­da online, Insta­gram* u otras redes sociales, para que la gente lo mire y quiera regalar­lo a sus seres queri­dos. Para que la gente quiera com­prar tu ramo, tiene que ver de qué flo­res se com­pone el ramo, enten­der su for­ma y tamaño, y sen­tir qué emo­ciones apor­tarán las flo­res a su propi­etario.

Para hac­er frente a esta tarea, es mejor colo­car las flo­res de man­era que ocu­pen la may­or parte de la foto. Incli­na las flo­res hacia delante para que la com­posi­ción del ramo sea clara­mente vis­i­ble. Pon un mod­e­lo al lado, y eso ayu­dará a enten­der el tamaño del ramo y a trans­mi­tir su esta­do de áni­mo.

Si te lim­i­tas a hac­er una foto de un ramo de rosas increíble para Insta­gram* sin ten­er en cuen­ta que la gente toma la decisión de com­prar al ver la foto, puedes engañar al cliente.

Por ejem­p­lo, si la foto no trans­mite el tamaño del ramo, el cliente puede pen­sar que los pre­cios de la tien­da están infla­dos y mar­charse sin com­prar nada.

Si el cliente no ve todas las flo­res en el cuadro del ramo, tam­bién puede irse sin com­prar­lo. El cliente puede decidir que el pre­cio del ramo es demasi­a­do alto, porque esti­ma el coste del ramo por las flo­res que ve, y no tiene en cuen­ta las que no están en el cuadro.

Al con­trario, el cliente puede pen­sar que la parte invis­i­ble del ramo tiene las mis­mas flo­res que la que ve. Y cuan­do reci­ba las flo­res se sen­tirá decep­ciona­do si no es así. Por lo tan­to, es impor­tante dispon­er el ramo de man­era que se pue­da leer toda su com­posi­ción.

Es bueno que un florista se mire en el espe­jo al hac­er un ramo e intente averiguar cómo quedarán las flo­res en la foto: qué flor debe añadirse, resaltarse o quitarse, para que la gente quiera com­prar el ramo sólo con ver su foto.

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La tar­je­ta de emplea­do facili­ta el seguimien­to de cuán­tos ramos vende cada florista y cuán­tos ben­efi­cios apor­ta a la empre­sa. Esto ayu­da a enten­der quién debe recibir una bonifi­cación y quién debe ser envi­a­do a la for­ma­ción

Por lo gen­er­al, la gente no regala flo­res en sí, sino el esta­do de áni­mo que acom­paña al ramo. Por lo tan­to, es impor­tante fotografi­ar las flo­res cor­rec­ta­mente para que la ima­gen trans­mi­ta las emo­ciones que el florista puso en el ramo. El fon­do, la ilu­mi­nación, la mod­e­lo y los acce­so­rios ayu­darán a ello.

Si la foto mues­tra sólo las flo­res, se atenúa en com­para­ción con las fotos de ramos que trans­miten el esta­do de áni­mo.

Determina la cantidad de fotos

Aho­ra que sabes dónde pub­licar las fotos y cuál es su obje­ti­vo, tienes que pen­sar en cuán­tas fotos de un ramo en difer­entes ángu­los serán sufi­cientes para com­ple­tar tu tarea.

Por ejem­p­lo, quieres pub­licar una foto de un ramo en Insta­gram* para destacar entre tus com­peti­dores. Este sitio te per­mite añadir has­ta 10 fotos en una sola pub­li­cación. Para trans­mi­tir la belleza, la for­ma y la com­posi­ción del ramo, solo nece­si­tas dos fotos. La primera foto per­mi­tirá al cliente ver el plano gen­er­al del ramo: for­ma, com­posi­ción, tamaño, ambi­ente. La segun­da foto ayu­dará a mostrar las flo­res más boni­tas y caras del ramo.

Puedes hac­er fotos de las flo­res des­de un ángu­lo y luego recor­tar­las. Por ejem­p­lo, puedes recor­tar todo menos la flor más cara y boni­ta del ramo.

Si no pien­sas de ante­mano en el número y el propósi­to de las fotos, puedes con­seguir una mon­taña de fotos de flo­res, pero ningu­na de ellas será ade­cua­da para tu tarea. Puede resul­tar que todas las fotos del puesto se dupliquen entre sí. El cliente pasará tiem­po mirán­dolas, pero no le ayu­darán en abso­lu­to a tomar una decisión de com­pra.

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Prepara el escenario

Pien­sa en el lugar donde vas a realizar la sesión de fotos. Si pien­sas hac­er fotos en inte­ri­ores, es acon­se­jable ele­gir el lugar más lumi­noso de la habitación.

Por ejem­p­lo, el lugar más ilu­mi­na­do de tu estu­dio está cer­ca de la ven­tana. Pero hay una mesa y otros mue­bles. Es mejor ale­jar todo de la ven­tana y hac­er la zona de fotos en el lugar más lumi­noso. Cuan­ta más luz haya, mejor será la foto.

Asegúrate de que la zona de fotos esté siem­pre libre: así reducirá el tiem­po nece­sario para preparar­la para la sesión de fotos, y no habrá ganas de “no molestarse con el lugar y lim­i­tarse a hac­er fotos de flo­res ráp­i­da­mente”.

Por ejem­p­lo, un florista ha prepara­do un ramo de flo­res sil­vestres fres­cas para un cliente que ha entra­do en la tien­da. Lo más prob­a­ble es que el cliente no ten­ga ocasión de esper­ar a que ust­ed pre­pare un lugar para hac­er una foto de las flo­res, y perderá la opor­tu­nidad de mostrárse­lo a su públi­co.

Si el lugar ya está prepara­do, se tar­da unos segun­dos en hac­er la foto. El cliente se irá con unas flo­res pre­ciosas, y tú te quedarás con una foto de gran cal­i­dad que podrás pub­licar en tu pági­na web o en las redes sociales. Puede que a otras per­sonas les guste ese ramo y quier­an regalar­lo tam­bién a sus seres queri­dos.

Pero este enfoque tam­bién tiene una desven­ta­ja: todas las fotos ten­drán el mis­mo fon­do. Si colo­cas fotos de difer­entes ramos sobre el mis­mo fon­do una al lado de la otra, puede pare­cer que son una mis­ma cosa. El cliente mirará su feed de Insta­gram* y no verá una difer­en­cia fun­da­men­tal entre los ramos, lo que puede impedirle hac­er una com­pra.

Este prob­le­ma se puede solu­cionar com­pran­do var­ios fon­dos adi­cionales que se pueden colo­car en el lugar de la toma y cam­biar a lo largo del día. Tres o cua­tro fon­dos de col­ores bási­cos serán sufi­cientes: mora­do oscuro, granate oscuro, azul oscuro, gris oscuro. Sobre el fon­do de estos tonos, las flo­res resul­tan volu­mi­nosas, expre­si­vas, y no con­trastan en abso­lu­to con él.

Otra opción para fotografi­ar flo­res es salir a la calle y pasear por el bar­rio. Tal vez haya una pared monocromáti­ca inusu­al no muy lejos de tu estu­dio a la que puedas acer­carte y con­seguir una toma intere­sante. Las fotografías en la calle sue­len ser más ani­madas que en el estu­dio.

Cuan­do busques un lugar para fotografi­ar en el exte­ri­or, asegúrate de que el fon­do en el que dis­paras las flo­res no tiene demasi­a­da tex­tu­ra y bril­lo. Además, la foto pare­cerá demasi­a­do recar­ga­da si hay muchos detalles innece­sar­ios en el fon­do, como casas veci­nas, árboles y transeúntes. Si no hay un lugar ade­cua­do para fotografi­ar en el exte­ri­or, es mejor hac­er las fotos en el estu­dio.

Dis­parar en el exte­ri­or no puede ser la úni­ca opción. Si llueve, es posi­ble que ese día no puedas hac­er ningu­na foto. Por eso es mejor orga­ni­zar una zona de fotos en el inte­ri­or, y bus­car un lugar ade­cua­do en el exte­ri­or y dis­parar allí cuan­do haga buen tiem­po.

Elige la hora de la sesión fotográfica

Los fotó­grafos pro­fe­sion­ales pien­san en el momen­to de la sesión de fotos con antelación. Es más fácil y rápi­do hac­er fotos boni­tas de flo­res con luz nat­ur­al. Por eso es impor­tante pro­gra­mar la sesión en un momen­to en que la luz ayude a trans­mi­tir los col­ores, la tex­tu­ra y el vol­u­men del ramo. El mejor momen­to para fotografi­ar depende de la época del año, la hora del día y las condi­ciones mete­o­rológ­i­cas.

En pri­mav­era y ver­a­no, las mejores tomas son a primera hora de la mañana, des­de las 8 has­ta el mediodía. Durante este tiem­po, el sol no está demasi­a­do alto y la luz es suave, lo que hace que la foto parez­ca más suave y lo que está en la foto se ve más bel­lo. La luz dura crea con­trastes duros y som­bras innece­sarias en la foto. La luz suave aparece cuan­do el tiem­po está nubla­do, cuan­do el sol está ocul­to por una nube, o si hay luz des­de una ven­tana o en las som­bras.

Al atarde­cer, cuan­do el sol se pone, se obtienen bue­nas tomas entre las 17 y las 20 horas. Esta luz ilu­mi­na bien las flo­res: no provo­ca ningu­na sobre­ex­posi­ción, se puede leer el vol­u­men de la flor y su tex­tu­ra.

Durante el invier­no y el otoño, la luz nat­ur­al se puede cap­tar des­de las 9 de la mañana has­ta las 2 de la tarde. El resto del tiem­po no se puede pre­scindir del uso de fuentes de luz adi­cionales.

A veces el ramo que ha mon­ta­do el florista es muy grande e inclu­so en las mejores horas de luz nat­ur­al es difí­cil ilu­mi­narlo por todos los lados. En este caso, los reflec­tores de luz pueden ayu­darte.

Los reflec­tores de luz se pueden com­prar o los puedes hac­er tú mis­mo. Cualquier cartón blan­co servirá. Lo mejor es que sea bril­lante, ya que esa super­fi­cie puede refle­jar más luz.

Suje­ta la car­tuli­na por un lado que no esté expuesto a la luz. La luz incidirá en la car­tuli­na, se refle­ja en su super­fi­cie e ilu­mi­nará el lado oscuro del ramo. Por un lado, el ramo estará ilu­mi­na­do por la luz nat­ur­al, y por el otro lado cap­tará la luz prin­ci­pal y la refrac­ta sobre la com­posi­ción. Esto no sólo mostrará el tono y la tex­tu­ra de las flo­res sin dis­tor­sión, sino que tam­bién te per­mi­tirá ver cada péta­lo.

La luz de una ven­tana entra en el reflec­tor e ilu­mi­na
la otra mitad del ramo que está de espal­das a la ven­tana.

Si no estás seguro de poder ajus­tar la luz arti­fi­cial a la tem­per­atu­ra de la luz nat­ur­al, es mejor no mezclar­las. La mez­cla de luz arti­fi­cial y nat­ur­al ensu­cia la ima­gen, por lo que cuan­do se dis­para con luz nat­ur­al, es mejor apa­gar todas las fuentes de luz adi­cionales, como las lám­paras.

Si no tienes la opor­tu­nidad de fotografi­ar con luz nat­ur­al, o no tienes sufi­ciente luz del día, puedes apren­der a fotografi­ar con luz arti­fi­cial uti­lizan­do lám­paras u otros dis­pos­i­tivos de ilu­mi­nación. La luz arti­fi­cial es más difí­cil de tra­ba­jar, pero si apren­des esta habil­i­dad, dejarás de depen­der de la luz del sol.

Para fotografi­ar flo­res, lo mejor son las lám­paras haló­ge­nas potentes con una tem­per­atu­ra de 5700 kelvin. Esta tem­per­atu­ra ayu­dará a que la foto sea clara, sin que parez­ca amar­il­la y sucia.

Un paño blan­co translú­ci­do sobre la lám­para ayu­dará a suavizar la luz dura. Una luz suave cap­ta mejor los tonos rojos y amar­il­los bril­lantes de los col­ores.

Si no decides la hora de la sesión de fotos con antelación, puedes encon­trarte con que te pierdes las mejores horas de dis­paro, y no tienes sufi­ciente luz extra para hac­er fotos con luz arti­fi­cial. Con una ilu­mi­nación defi­ciente, la fotografía no podrá cap­tar la belleza de los col­ores, y se perderá el tiem­po de toma.

Prepara tu teléfono

Antes de hac­er boni­tas fotos de flo­res con tu smart­phone, tienes que preparar­lo: unos sen­cil­los pasos te per­mi­tirán hac­er mejores fotos.

Limpia la cámara. Antes de hac­er tu primera foto, asegúrate de limpiar la cámara. Este sen­cil­lo hábito te ayu­dará a mejo­rar la cal­i­dad de tus fotos y a reducir el tiem­po de edi­ción pos­te­ri­or.

Acti­va la cuadrícu­la. La cuadrícu­la divide el encuadre en 9 partes: tres hor­i­zon­tales y tres ver­ti­cales. Esto le ayu­da a colo­car el ramo en el mar­co cor­rec­ta­mente.

El cen­tro del encuadre no es percibido por el ojo humano como el cen­tro. Si colo­cas el ramo a lo largo o a través de las líneas de la cuadrícu­la, tu fotografía pare­cerá más con­vin­cente que si hubieras colo­ca­do el ramo en el cen­tro.

Para acti­var la cuadrícu­la en tu telé­fono, ve a Ajustes → Foto y cámara → Cuadrícu­la.

Ajus­ta la exposi­ción. La exposi­ción es la can­ti­dad de luz que incide en el sen­sor de la cámara. La lumi­nosi­dad de una foto depende del ajuste de la exposi­ción. Para ajus­tar­la, toca el pun­to de enfoque en la pan­talla del telé­fono. Al tocar, aparece un cuadra­do o un cír­cu­lo alrede­dor del pun­to de enfoque. Para edi­tar el niv­el de exposi­ción, toca cualquier parte de la pan­talla y, sin lev­an­tar el dedo, desliza el dedo hacia arri­ba o hacia aba­jo. Al deslizar hacia arri­ba, la ima­gen se aclara; si lo hace hacia aba­jo, se oscurece.

Al ajus­tar la exposi­ción, puedes evi­tar que la luz sea demasi­a­do inten­sa en el ramo. Por ejem­p­lo, si ves que cae demasi­a­da luz sobre algu­na flor del ramo, ésta empieza a bril­lar. Entonces tienes que hac­er clic en la zona de luz y bajar un poco la exposi­ción. Esto hará que la flor del ramo sea más oscu­ra.

Elige un fondo

Pres­ta aten­ción al fon­do sobre el que vas a fotografi­ar las flo­res. El fon­do puede tan­to acen­tu­ar el atrac­ti­vo del ramo como repel­er­lo.

Uti­liza col­ores difer­entes. Son monó­tonas y abur­ri­das las flo­res que se fotografían sobre el mis­mo fon­do y se colo­can una al lado de la otra, por ejem­p­lo en un feed de Insta­gram. Una vista así puede abur­rir al cliente y se irá sin com­prar nada.

Esto se puede evi­tar cam­bian­do los fon­dos durante el roda­je. Por ejem­p­lo, puedes usar wattman, tela o com­prar tres o cua­tro fon­dos de col­ores bási­cos. Los col­ores de fon­do ide­ales son el mora­do oscuro, el granate oscuro, el azul oscuro y el gris oscuro. Son col­ores que ayu­dan a trans­mi­tir mejor el vol­u­men y la expre­sivi­dad de las flo­res y no con­trastan con ellas.

Es mejor ele­gir un teji­do nat­ur­al para el fon­do. Por ejem­p­lo, algo­dón o lino. El teji­do nat­ur­al no refle­ja la luz que incide sobre él, no creará bril­los adi­cionales innece­sar­ios que desvirtúen los col­ores.

Es mejor no uti­lizar un teji­do sin­téti­co. Refle­ja la luz, por lo que bril­la en la ima­gen. Las flo­res pueden perder­se en un fon­do así.

El fon­do debe estar limpio. Las flo­res sobre un fon­do arru­ga­do pare­cen des­or­de­nadas. Da la impre­sión de que se han mon­ta­do de for­ma des­cuida­da. Por eso es mejor no uti­lizar telas arru­gadas en la com­posi­ción.

Para que el fon­do ayude a trans­mi­tir la belleza de las flo­res, plan­cha o tira de la tela con fuerza sobre el fon­do. Puede haber ondas en la tela, siem­pre que sean pocas y no dis­traigan de las flo­res.

No debe haber detalles innece­sar­ios en el encuadre. Asegúrate de que el fon­do de la foto sea homogé­neo. Debe estar libre de infor­ma­ción y detalles innece­sar­ios. Por ejem­p­lo, árboles, casas, otras per­sonas y val­las. Todos estos obje­tos cre­an un rui­do innece­sario en la foto, y la belleza de los col­ores se pierde.

Si estás fotografian­do en exte­ri­ores, bus­ca una pared de col­or sóli­do intere­sante a la que puedas acer­carte y hac­er una foto. Si no hay una pared de este tipo cer­ca, es mejor no hac­er la foto en el exte­ri­or y hac­er­la en el inte­ri­or sobre un fon­do prepara­do de ante­mano.

Un fon­do monocro­mo con una tex­tu­ra bril­lante tam­bién puede desviar la aten­ción de los col­ores. En caso de duda sobre la tex­tu­ra del fon­do, es mejor ele­gir un fon­do liso de tonos bási­cos.

Cuida­do con el fon­do claro. Si no hay sufi­ciente luz, un fon­do claro se verá sucio. La fal­ta de luz se verá más nat­ur­al en un fon­do oscuro que en uno claro. Por eso debes guiarte por la luz, y si hay sufi­ciente, puedes usar tan­to fon­dos claros como oscuros. Si no hay sufi­ciente luz, da pref­er­en­cia a los tonos más oscuros del fon­do.

Los col­ores de la ropa, el fon­do y el embal­a­je no deben mezclarse. Com­prue­ba que la ropa no se mez­cle con el envolto­rio del ramo ni con el fon­do. El fon­do y las flo­res del ramo tam­poco deben fundirse con el embal­a­je. Si esto ocurre, se perderán los límites del ramo y será difí­cil enten­der dónde empieza la ropa y dónde aca­ba el envase. La aten­ción del cliente estará ocu­pa­da por la solu­ción de este prob­le­ma, no por las flo­res en sí.

Pre­scinde del desen­foque. Es mejor negarse a desen­fo­car el fon­do de una foto. El desen­foque de alta cal­i­dad es difí­cil de hac­er, y el desen­foque infruc­tu­oso dis­traerá. El cliente quer­rá ver lo que se esconde en el fon­do de la foto, y las flo­res quedarán fuera.

Crea un marco armonioso

Para que tus clientes quier­an com­prar flo­res en la foto, todos los ele­men­tos deben estar dis­puestos de for­ma armo­niosa. Lo ide­al es que la mira­da del cliente recaiga primero en las flo­res, luego en la chi­ca que sostiene el ramo y después en el fon­do y otros detalles de la foto.

Las flo­res son el cen­tro de aten­ción. Si se colo­can obje­tos que com­piten con las flo­res en la com­posi­ción, la tarea de vender el ramo no podrá cumplirse. Por lo tan­to, es mejor colo­car las flo­res de for­ma que ocu­pen la may­or parte del encuadre y elim­i­nar los detalles de acen­to que puedan dis­traer del ramo.

Involu­cra a las per­sonas en la foto. Lo ide­al es que haya una per­sona en el encuadre que te ayude a enten­der el tamaño del ramo: es la úni­ca man­era de trans­mi­tir el tamaño de la com­posi­ción al cliente a través de la foto. Sí fotografías las flo­res sobre un pedestal, en el bra­zo o jun­to a otros obje­tos como un libro o un jar­rón, será difí­cil dis­tin­guir el tamaño del ramo en la foto, y el cliente puede pen­sar que es más pequeño de lo que real­mente es y negarse a com­prar­lo. Sólo una per­sona puede mostrar inequívo­ca­mente el tamaño del ramo.

Si vas a fotografi­ar flo­res por tu cuen­ta, tú mis­mo puedes hac­er de mod­e­lo. El tem­po­rizador de tu telé­fono o cámara te ayu­dará a hac­er la foto con las flo­res sin ayu­da.

Determina el ángulo del ramo

La colo­cación del ramo en el encuadre depende de su tamaño y for­ma. Inten­ta colo­car las flo­res de for­ma que ocu­pen la may­or parte del encuadre, pero que no se sal­gan del mis­mo.

Los ramos exten­di­dos se colo­can mejor en diag­o­nal, de esta for­ma ocu­pan la may­or parte de la foto y enca­jan fácil­mente en ella. Si un ramo de este tipo se colo­ca rec­to, la parte supe­ri­or e infe­ri­or de la foto quedarán vacías y los lados del ramo no cabrán.

Un ramo redon­do ten­drá un aspec­to más expre­si­vo si se colo­ca en el cen­tro. Así ocu­pará de for­ma uni­forme el espa­cio que lo rodea. Cuan­do hagas la foto, pídele a la mod­e­lo que apunte el ramo más hacia ti, entonces estará en todo el encuadre, y su vol­u­men, for­ma y com­posi­ción se leerán bien.

Observa la pose de la modelo

La belleza del ros­tro de la mod­e­lo depende de la can­ti­dad de luz que inci­da sobre él. Por lo tan­to, colo­ca a la mod­e­lo en el encuadre de for­ma que esté de cara a la luz, entonces su ros­tro estará mejor ilu­mi­na­do: no habrá som­bras, ni una segun­da bar­bi­l­la, y sus labios serán clara­mente vis­i­bles.
La luz. Si dejas la cara de la mod­e­lo poco ilu­mi­na­da, pare­cerá vie­ja, ten­drá som­bras que trans­mi­tirán un esta­do de áni­mo som­brío. Lo más prob­a­ble es que el cliente no se interese por las flo­res en una foto así.

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La mira­da. Pres­ta aten­ción a dónde mira la mod­e­lo al hac­er la foto. Si mira hacia el inte­ri­or del encuadre, sus ojos atraerán toda la aten­ción hacia ella. Pídele a la mod­e­lo que cierre un poco los ojos, o que mire hacia un lado, y entonces las flo­res serán las pro­tag­o­nistas de la foto.

Sigue estos sen­cil­los con­se­jos y podrás hac­er tu propia foto de flo­res que quer­rás com­prar. Con la prác­ti­ca con­stante, verás que puedes romper estas reglas, pero la foto seguirá resul­tan­do armo­niosa. Creemos en ti. ¡Con más prác­ti­ca ten­drás éxi­to!

Agrade­ce­mos a las sigu­ientes cuen­tas la ayu­da presta­da para la redac­ción de este artícu­lo:

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